domingo, 3 de febrero de 2013

Taller de ciencias sociales 11º



LA CIUDAD


Una ciudad es un área urbana con alta densidad de población en la que predominan fundamentalmente la industria y los servicios. Se diferencia de otras entidades urbanas por diversos criterios, entre los que se incluyen población, densidad poblacional o estatuto legal, aunque su distinción varía entre países. La población de una ciudad puede variar entre unas pocas centenas de habitantes hasta una decena de millones de habitantes. Las ciudades son las áreas más densamente pobladas del mundo, por ejemplo Sao Paulo con sus cerca de 20 millones de habitantes tiene una densidad poblacional aproximadamente 7.160 habitantes por kilómetro cuadrado, mientras que todo Brasil posee poco más de 22 hab./km².

El término ciudad suele utilizarse para designar una determinada entidad político-administrativa urbanizada. En muchos casos, sin embargo, la palabra también se usa para describir un área de urbanización contigua (que puede abarcar diversas entidades administrativas). Por ejemplo, la ciudad de Londres propiamente dicha tiene apenas unos 860 mil habitantes. No obstante, cuando alguien se refiere a la ciudad de Londres, suele referirse a su área metropolitana, es decir, al conjunto de su área urbanizada, la cual tiene aproximadamente 12 millones de habitantes, otro claro ejemplo es la ciudad mexicana de Monterrey, Nuevo León, que tiene un área metropolitana formada por 11 municipios, y cuyos puntos importantes están distribuidos por toda el área metropolitana, a la cual popularmente se le conoce como Monterrey. La ciudad de México y su zona metropolitana con más de 25 millones de habitantes es otro ejemplo.

  
Los orígenes históricos de la ciudad

El origen de la ciudad, al igual que su definición, no puede establecerse desde una única perspectiva porque, aunque las ciudades más antiguas descubiertas hasta ahora se remontan a más de 5000 años, éstas no surgieron en un solo lugar, sino que fueron desarrollándose en distintas regiones del planeta, en periodos históricos específicos, en contextos diferentes, y según características sociales, políticas, económicas y culturales particulares.

La ciudad asiática, la ciudad africana, la ciudad europea y la ciudad americana tienen orígenes y evoluciones históricas muy distintas. Por ejemplo, en Centroamérica no son iguales las ciudades mayas o aztecas con respecto a las ciudades hispánicas. Un caso ilustrativo es la ciudad de Mohenjo Daro, en el tercer milenio A. C. ubicada en el actual territorio de Pakistán. Esta ciudad es descrita por Lewis Mumford, en su obra La ciudad en la historia, como poseedora de una estructura compleja: “El trazado regular de las calles, las casas alineadas, los cuartos de baño y las letrinas en el interior, las tuberías de cerámica, los conductos de desagüe revestidos de ladrillos en las calles y las alcantarillas destinadas a llevar el agua lluvia son elementos que encuentra el excavador en las ruinas de Mohenjo Daro”.

Según la descripción de Mumford, el nivel de infraestructura de esta ciudad tan antigua era más elevado que el de las ciudades coloniales de América hispánica e, incluso, que el de algunas ciudades modernas, como Bogotá, la cual sólo tuvo acueducto a partir del siglo XX.

De igual forma, la historia de una región puede registrar la construcción y la posterior desaparición de ciudades. Esto permite concluir que la evolución histórica de la urbanización se parece más a una línea intermitente que a una línea continua, y por esta razón se pueden distinguir diversos orígenes y evoluciones de las ciudades en el mundo.

Las disciplinas sociales que facilitan la reconstrucción del surgimiento y la organización de los primeros rastros de urbanismo son la historia y la arqueología. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las aproximaciones de estas disciplinas son indirectas, y que por tal motivo se han conformado múltiples teorías frente a un mismo hecho.

La ciudad de los difuntos

Dentro de las distintas interpretaciones del origen y la evolución de la ciudad existe una que sitúa el punto de partida de lo urbano en la muerte. Lewis Mumford escribe al respecto: “En el penoso vagabundeo del hombre paleolítico, los muertos fueron los primeros que encontraron morada permanente”.

Las primeras edificaciones duraderas fueron edificios funerarios y templos, los cuales eran construidos con una finalidad ritual, es decir, para el culto a los muertos y a los antepasados. En sociedades móviles, nómadas o seminómadas, los muertos fueron los únicos que permanecieron inmóviles en un lugar específico. Este fue el caso del Valle de los Reyes en Egipto.

La agricultura y la ciudad

Las primeras “ciudades” no fueron construidas para los vivos porque estos necesitaban desplazarse periódicamente para obtener sus medios de subsistencia. Un proceso necesario para el surgimiento de la ciudad para los vivos fue la consolidación de una agricultura que produjera excedentes. Estos últimos debían garantizar, a largo plazo, la subsistencia permanente de una sociedad en un territorio y abastecer a los grupos sociales que no se dedicaban a actividades agropecuarias, sino a la construcción, y la protección o el gobierno de la ciudad. Estos hechos datan de hace más de 5000 años.

Existen varias teorías para explicar los procesos por los cuales las sociedades agrícolas sedentarias construyeron ciudades, las cuales vamos a explicar a continuación.

La especialización del trabajo: esta teoría señala que para aumentar y mantener la producción agrícola se necesitaron grandes obras de infraestructura, como canales de riego y de conducción de agua, entre otras. El emprendimiento de estas construcciones dio paso a la organización de grupos sociales diferenciados. Uno de ellos se encargó de la gestión, construcción y mantenimiento de las obras, lo que le permitió ejercer el control y la dominación sobre los demás grupos, constituyéndose en el núcleo de mayor jerarquía en las ciudades. Este pudo ser el caso de las primeras ciudades chinas, que se desarrollaron en los alrededores de los ríos Hoang Ho y Yang Tse Kiang.

Las guerras de expansión: esta teoría propone que el surgimiento y la localización de las ciudades estuvieron condicionados por los enfrentamientos por expansión del dominio territorial y militar de los pueblos. Este parece ser el origen de las primeras ciudades en Mesopotamia (Iraq), como Ur, en el tercer milenio antes de Cristo.

La lucha de grupos sociales y productivos: esta teoría plantea que cuando un territorio era cultivado en su totalidad, se presentaban conflictos entre la población cultivadora y sus vecinos, de los cuales quien resultara vencedor conformaba una clase alta que se dedicaba a otras actividades distintas a la agricultura y se radicaba en dicho territorio. Según esta teoría, primero se desarrolló el centro de la ciudad y, luego, se diversificó la producción de manera que la población urbana se especializó en diversas actividades administrativas, comerciales y manufactureras. Este proceso fue, probablemente, el que tuvo lugar en la consolidación de Mohenjo Daro en India.

Las tres teorías concuerdan en establecer que las ciudades surgieron de la conformación de una división social directamente relacionada con la especialización del trabajo, atribuida a dos grandes grupos sociales: uno que producía los medios de subsistencia, y otro que organizaba y gobernaba. De manera que las antiguas ciudades surgieron basadas en formas de producción esclavistas, como es el caso de las primeras ciudades-Estado griegas y romanas.

La conformación de ciudades cosmológicas

Algunas ciudades fueron concebidas por los grupos con mayor poder sociopolítico según una estructura cosmológica. Este fue el caso de las ciudades americanas de Cuzco (inca), Chichén Itzá (maya) y Teotihuacán (teotihuacanos), que fueron habitadas por sociedades fundamentalmente agrícolas, en las que se mantuvo una estrecha relación con la cosmología (parte de la astronomía, encargada de estudiar el origen y evolución del cosmos), y cuyas leyes mediaban las relaciones de poder entre los gobernantes y los súbditos.

En estas ciudades, las edificaciones se dispusieron de tal manera que fuera posible realizar observaciones de los astros en las diferentes épocas del año, con el fin de precisar los cambios climáticos regulares y llevar a cabo una actividad agrícola eficiente.

La conformación de ciudades políticas

Las ciudades también han sido configuradas como espacios políticos. En las polis griegas, la ciudad se organizó, tanto en sus edificaciones como en su comunidad, a partir del espacio público político, representado por el ágora y el teatro. El espacio público fue el punto de encuentro entre los miembros dominantes de la sociedad.

Un caso similar se presenta en la urbe romana, en donde el foro y el coliseo fueron los puntos centrales que organizaron la estructura de la ciudad. Los espacios públicos se ampliaban a las termas y los mercados de tiendas en las calles principales. Los romanos crearon ciudades más amplias que las griegas, con infraestructuras más complejas, las cuales incluyeron acueductos y calles empedradas con aceras, como Roma o Pompeya.

La ciudad como estrategia de poder

Las ciudades surgieron corno producto del desarrollo social y productivo de los pobladores de una localidad, además de responder a una estrategia militar de reinos e imperios para expandir y fortalecer sus dominios territoriales. Existen dos ejemplos muy importantes de conformación de redes de ciudades militares:

Campamentos romanos: correspondieron a la red construida por el Imperio Romano, que utilizaba las ciudades para mantener sus tropas y sus administradores en los territorios conquistados. Cubrieron la región mediterránea y la Europa Occidental hasta el actual Reino Unido. Esta red fue articulada a través de caminos que intercomunicaban los territorios del Imperio. De ahí surgió el adagio “todos los caminos conducen a Roma”.

Poblados coloniales hispanoamericanos: correspondieron a los poblados construidos en América durante la Conquista y la Colonia. Se fundaron más de mil de estos en los primeros 150 años de presencia española en América. Un gran porcentaje de las cabeceras municipales colombianas tienen su origen en estos periodos.

Las ciudades coloniales hispanoamericanas fueron planeadas a manera de retículas, como un “tablero de ajedrez” que re-presentaba la estructura social de la población. El orden de las construcciones fue meticuloso y correspondió a la representación de las relaciones políticas. Por esta razón, la ciudad se organizaba alrededor de una plaza central, en donde las construcciones que tenían una preponderancia fueron las de la administración imperial y las de la Iglesia católica.

La ciudad comercial

En algunos casos, las ciudades deben su origen o su fortalecimiento al comercio más que a la actividad agrícola, porque los medios de subsistencia se adquirían mediante el intercambio comercial.

Las ciudades comerciales se convirtieron en puntos de interconexión en las redes de caminos o rutas de navegación, donde el comercio no era una actividad pasajera, sino de carácter permanente. Algunos de estos nodos ya existían antes de establecerse la ruta comercial, porque la localidad demandaba mercancías de todo tipo y se convertía en paso obligado. Otros se formaron en tomo a un punto de paso o estancia, propio de la ruta comercial.

El intercambio de bienes fue fundamental para la consolidación de una economía urbana y dio paso, en la mayoría de los casos, a la monetización. Además, los excedentes producidos por el comercio consolidaron una nueva clase social: la burguesía, y dieron lugar a un crecimiento de la manufactura urbana.

El auge de este tipo de ciudades comenzó a finales de la Edad Media, con el crecimiento de Florencia, Venecia, Génova y París. Posteriormente, las ciudades de los actuales Países Bajos crecieron también según esta lógica. Estas ciudades se fortalecieron gracias a una mezcla de poder político y comercial, principio en el que se basó la organización de algunos Estados europeos.
  
La ciudad moderna e industrial

En el siglo XVIII, al proceso de mercantilización de la economía urbana se sumó la Revolución Industrial, la cual modificó radicalmente las formas productivas de la ciudad (espacio en el que se ubicaban las industrias, la mano de obra y los insumos necesarios, tales como la energía y la provisión de madera, minerales y fibras animales) y la composición de los habitantes urbanos, ya que incentivó procesos de migración de las áreas rurales hacia las ciudades, con lo cual se comenzó a conformar la tendencia actual de los países de occidente, donde más del 60% de la población se concentra en zonas urbanas.

La evolución de la urbanización

El estudio de la evolución del desarrollo urbano mundial ha permitido que los teóricos establezcan tendencias que piensan la urbanización de forma lineal e ideal. Es posible explicar esta evolución en dos niveles, uno cuantitativo demográfico y otro cualitativo morfológico.

El nivel cuantitativo demográfico

Este nivel hace énfasis en el crecimiento poblacional de la ciudad y sus causas. Analiza fenómenos de crecimiento natural y migratorio, así como la relación que se establece entre el campo y la ciudad y entre las distintas ciudades.

El geógrafo Gibbs plantea un modelo de crecimiento histórico de las ciudades que identifica un ciclo de urbanización conformado por una sucesión de estadios o etapas de crecimiento. En la gráfica de la derecha puedes observar la representación inicial de un crecimiento leve, con un fuerte incremento posterior, durante el cual se conforman las grandes aglomeraciones urbanas, seguido por una posterior estabilización del crecimiento, y un leve descenso debido a la dispersión en el perímetro urbano. 

Archivo del blog

LA ORGANIZACION DEL TERRITORIO COLOMBIANO

Colombia es una república unitaria según la constitución nacional de 1991. Sin embargo posee una descentralización administrativa como parte de las políticas de desarrollo llevadas a cabo por el gobierno nacional, por medio de la cual gran parte de la administración del Estado se reparte entre las entidades administrativo-territoriales de menor nivel. Dichas entidades, de mayor a menor importancia, son los departamentos, municipios y territorios indígenas, que conforman así los diferentes niveles de organización territorial de la república.

Los Departamentos

Los departamentos son las unidades territoriales de primer nivel en Colombia. El país se divide administrativa y políticamente en 32 departamentos, los cuales son gobernados desde sus respectivas ciudades capitales. Los departamentos forman regiones geográficas, culturales y económicas. De acuerdo con el Artículo 298 de la Constitución Política de Colombia de 1991, es una entidad territorial que goza de autonomía para la administración de los asuntos seccionales y la planificación y promoción del desarrollo económico y social dentro de su territorio en los términos establecidos por la Constitución y las leyes.

Las Provincias

Provincia es el nombre genérico aplicado a algunas subdivisiones interinas de los departamentos (más de carácter histórico que jurídico) conformadas por agrupaciones municipales, y que reciben las denominaciones de provincias, distritos, regiones y subregiones, dependiendo de la entidad a la cual pertenecen. La mayoría de los departamentos colombianos presentan éste tipo de organización territorial.

Los Municipios

Los municipios corresponden al segundo nivel de división administrativa en Colombia, que mediante agrupación conforman los departamentos. Colombia posee 1.123 municipios registrados ante el DANE, que de acuerdo con el Artículo 311 de la Constitución Política de Colombia de 1991 y la Ley 136 de Junio 2 de 1994, es la entidad territorial fundamental de la división político-administrativa del Estado, con autonomía política, fiscal y administrativa dentro de los límites que le señalen la Constitución y las leyes de la República.

Los Distritos

Los distritos son entidades territoriales que tienen una o varias características que las destaca o diferencia de entre los municipios circundantes, como puede ser su importancia política, comercial, histórica, turística, cultural, industrial, ambiental, portuaria o fronteriza. De entre los 5 distritos existentes en Colombia, tan solo el Distrito Capital de Bogotá tiene el mismo nivel y categoría que un departamento.

Corregimientos departamentales

En algunos departamentos existe la figura de los corregimientos departamentales. Estos corresponden a un poblado y sus alrededores, los cuales no alcanzan la categoría de municipio. Los corregimientos departamentales se distinguen de los corregimientos corrientes en que no son jurisdicción de ningún municipio. Pueden ser elevados a municipios por las Asambleas Departamentales con el correspondiente visto bueno del Presidente de la República. Actualmente existen 20 corregimientos departamentales en todo el país.

Áreas metropolitanas

Un área metropolitana es, de acuerdo a la Ley 128 de 1994, una entidad administrativa, formada por un conjunto de dos o más municipios integrados alrededor de un municipio que sirve de núcleo o metrópoli, vinculados entre sí por estrechas relaciones de orden físico, económico y social, que para la programación y coordinación de su desarrollo y para la racional prestación de sus servicios públicos requiere una administración coordinada. En Colombia han sido configuradas y/o reconocidas unas 10 áreas metropolitanas.

Territorios indígenas

Los territorios indígenas son el tercer nivel de división administrativa en Colombia. Son áreas de régimen especial creados de común acuerdo entre el gobierno y las comunidades indígenas. En casos donde los territorios indígenas abarcan más de un departamento o municipio, los gobiernos locales administran de forma conjunta con los concejos indígenas dichos territorios, tal como está establecido en los artículos 329 y 330 de la Constitución de Colombia. Igualmente los territorios indígenas pueden llegar a tener carácter de entidad territorial cuando cumplen los requisitos de la ley.

Áreas urbanas y rurales

El núcleo fundamental de la administración colombiana es el municipio. Todos los municipios se dividen en dos zonas, de acuerdo a su aglomeración poblacional: la urbana y la rural, que origina a su vez diferentes tipos de subdivisiones municipales.

Las áreas urbanas

El área urbana de un municipio colombiano corresponde al conjunto de edificaciones y estructuras contiguas agrupadas en manzanas, las cuales están delimitadas por calles, carreras o avenidas. Dichas áreas cuentan por lo general con una dotación de servicios esenciales tales como acueducto, alcantarillado, energía eléctrica, hospitales y colegios, entre otros. En esta categoría están incluidas las ciudades capitales y las cabeceras municipales restantes.

Las comunas y los barrios

Con el nombre de comunas se denomina a una unidad administrativa de una ciudad media o principal del país que agrupa sectores o barrios determinados. La mayoría de las ciudades capitales de departamentos están divididas en comunas. Dichas comunas son creadas por los concejos municipales de cada ciudad, por los concejos distritales o los concejos metropolitanos de acuerdo a las propias necesidades de la población y el territorio que habitan. La creación de comunas tiene como fin la administración de los servicios que se brindan a una población urbana determinada.

Un barrio corresponde generalmente a una agrupación de viviendas delimitada por sus condiciones físicas, económicas o sociales. Es el nivel más básico de división urbana en Colombia.

Área rural

El área rural de un municipio se caracteriza por la disposición dispersa de viviendas y explotaciones agropecuarias existentes en ella. No cuenta con un trazado o nomenclatura de calles, carreteras, avenidas, y demás. Tampoco dispone, por lo general, de servicios públicos y otro tipo de facilidades propias de las áreas urbanas.

Corregimientos y veredas

En Colombia los corregimientos son poblaciones que no alcanzan el carácter de municipio, siendo su jurisdicción territorial supedita a un municipio o, en el caso de los corregimientos departamentales, a un departamento. El nombre de vereda le corresponde a la división territorial de cada corregimiento.

División política de Colombia

División política de Colombia

Contador de visitas

LAS PALABRAS YA NO SIGNIFICAN LO QUE SON

Eduardo Galeano. "Bocas del Tiempo"


Según el diccionario de nuestro tiempo, las buenas acciones ya no son los nobles gestos del corazón, sino las acciones que cotizan bien en la bolsa, y la bolsa es el escenario donde ocurren las crisis de valores.El mercado ya no es el entrañable lugar donde uno compra fruta y verduras en el barrio.Ahora se llama Mercado a un terrible señor sin rostro, que dice ser eterno y nos vigila y nos castiga.Sus intérpretes anuncia: El Mercado está nervioso, y advieten: No hay que irritar al Mercado.Comunidad Internacional es el nombre de los grandes banqueros y de los jefes guerreros.Sus planes de ayuda venden salvavidas de plomo a los países que ellos ahogan y sus misiones de paz pacifican a los muertos.

En los Estados Unidos, el Ministerio de Ataques se llama Secretaría de Defensa, y se llaman bombardeos humanitarios sus diluvios de misiles contra el mundo.
En una pared, escrito por alguien, escrito por todos, leo: "A mí me duele la voz".

ALGUNAS CIFRAS DE LA CARTAGENA DEL SIGLO XVIII

Una crónica realizada en Cartagena en 1735 por Juan y Ulloa cuenta que todas las mujeres cartageneras fumaban tabaco, y que toda la población cartagenera estaba compuesta por negros y mulatos que se dedicaban a los oficios de mecánicos, lo que conocemos hoy en día como artesanos. Estos oficios los realizaban los negros y mulatos libres.

En Cartagena, a diferencia de todo el Caribe, en el siglo XVII, la gran mayoría de negros y mulatos (el 70%) eran libres.

En esa época, Cartagena era solamente lo que es el centro amurallado hoy día, compuesto por cuatro barrios que eran:

ö El barrio Santo Toribio (San Diego hoy en día)

ö San Sebastián

ö Las Mercedes

ö Santa Catalina

ö Y había un arrabal, una zona marginal, en la que la mayoría de la gente era pobre, pero libre a diferencia de lo que se cree, era el arrabal de Getsemaní, en donde casi todos, según cuenta el censo realizado en Cartagena entre 1778 y 1780, eran artesanos.

Getsemaní no fue barrio de esclavos, sino de muchos artesanos y tenderos que también eran considerados artesanos.

En 1780, cuenta el censo citado, había unos 1600 esclavos en toda Cartagena, de un total de aproximadamente 15.000 habitantes que tenía la ciudad.

En el siglo XIX a Cartagena, contrario a lo que pasaba en el Caribe, ya no hubo más entrada de esclavos, y un total de 17 lenguas diferentes se hablaba en Cartagena en el siglo XVII.