LA ILUSTRACIÓN:
El siglo XVIII fue el siglo de la razón o siglo de las luces, debido a que varios filósofos se creyeron llamados a iluminar con la luz de la razón todos los misterios del mundo y del hombre. El término se utilizó para de describir las tendencias en el pensamiento y la literatura en Europa y en toda América durante el siglo XVIII previas a la Revolución Francesa. La frase fue empleada con mucha frecuencia por los propios escritores de este periodo, convencidos de que emergían de siglos de oscuridad e ignorancia a una nueva edad iluminada por la razón, la ciencia y el respeto a la humanidad.
ESTE MOVIMIENTO SE CARACTERIZÓ POR:
- Una confianza ciega en la razón.
- El espíritu crítico que se convirtió en el nervio del siglo.
- Una fe total en el progreso humano, pues siendo la naturaleza buena y sabía, se trataba, sencillamente, de arrancarle sus secretos con el arma de la razón.
- Una búsqueda de la felicidad personal del individuo, que había sido ensombrecida por las estructuras políticas, sociales y religiosas existentes.
- La lucha contra las instituciones que impedían el progreso y la felicidad.
- Búsqueda de la felicidad.
Por su parte el Enciclopedismo fue un movimiento para desarrollar una obra monumental que constaba de 28 volúmenes (La Enciclopedia). En la enciclopedia se incluía tanto artículos literarios como dibujos de las nuevas máquinas.
LAS CARACTERÍSTICAS DEL ENCICLOPEDISMO SON:
· Exponer los vicios del orden existente.
· Erradicar la superstición y la ignorancia
· Luchar por el restablecimiento de la libertad natural del hombre.
La Ilustración fue un movimiento en el que un grupo de pensadores se dispusieron a descubrir los misterios del mundo y de la humanidad mediante el uso de la razón y una serie de métodos que utilizarían para lograrlo. Por otra parte el enciclopedismo fue la recopilación de todas las ideas de la Ilustración.
Lo que iba a convertirse en el monumento de un nuevo humanismo y del racionalismo triunfante, la Enciclopedia, nació de la idea del editor Le Breton, que se había propuesto hacer traducir del inglés la Cyclopaedia de Efraim Chambers, publicada en Londres en 1728. Para llevar a cabo esta tarea, Le Breton se dirigió a Diderot. Éste, sin embargo, no quiso limitarse a una simple traducción y concibió el proyecto de una obra original que constituyese la suma de todos los conocimientos de la época expuestos a la luz de la razón, supremo juez de todas las creencias humanas (la Enciclopedia tendría este aclarativo subtítulo: Diccionario razonado de la ciencias, de las artes y de los oficios).
Para poder realizar una obra de tal envergadura, Diderot tuvo que rodearse de colaboradores especializados. Llamó al matemático D`Alembert, quien redactó el Discurso preliminar y artículos referentes a las ciencias. Montesquieu y Voltaire se ocuparon de la literatura, Buffon de las ciencias naturales, Rousseau de la música (había compuesto una pastora, El adivino del pueblo, que obtuvo un gran éxito en la Ópera de París y ante la corte) y Turgot, el futuro ministro de finanzas de Luis XVI, de la economía política.
En el Prospectus que anunciaba, en octubre de 1750, la publicación de la Enciclopedia, Diderot definía así la finalidad de la obra: “El objetivo de una enciclopedia es reunir los conocimientos esparcidos sobre la superficie de la tierra, exponer su sistema general a los hombres con quienes vivimos… a fin de que nuestros descendientes, haciéndose más instruidos, sean así mismo más virtuosos y más felices”.
El primer volumen apareció el 1.º de julio de 1741, precedido de un Discurso preliminar, en el que D`Alembert mostraba el encadenamiento de los conocimientos en función de la memoria, de la imaginación, de la razón, y en el que esbozaba la historia del progreso del espíritu humano.
De 1751 a 1765 iban a aparecer 17 volúmenes, completados luego por 11 volúmenes de láminas consagradas a los instrumentos y a las máquinas de los diferentes oficios; estas láminas constituyen un testimonio más del interés que entonces mostraban las personas cultivadas por la ciencia y por las técnicas.
LA ILUSTRACIÓN EN AMÉRICA
En el siglo XVIII, tras un siglo de decadencia de España y Portugal, se dio impulso a las reformas, manifestada sobre todo en el desarrollo de las exportaciones agrícolas y mineras, la eficiencia administrativa, la defensa y la expansión de las fronteras. Estas reformas, aplicadas en la América española y portuguesa, aumentaron la producción y los ingresos, pero también contribuyeron al descontento de los criollos y ejercieron una gran presión sobre la población oprimida a causa de sus lamentables condiciones socioeconómicas.
La filosofía de la Ilustración y la difusión de las ideas liberales tuvieron gran influencia sobre las clases altas de las colonias, pero fue la invasión napoleónica (1808-1814) de la península Ibérica la que actualizó las ideas de emancipación de Latinoamérica. Hacia 1825, toda la América española, excepto Cuba y Puerto Rico, se había independizado de la metrópoli, dando lugar a la proclamación de repúblicas criollas. En 1822 los criollos brasileños establecieron una monarquía independiente bajo un príncipe portugués.
En América, las ideas de la Ilustración encontraron un profundo eco, tanto, que contribuyeron a fortalecer los movimientos emancipadores, como el que desembocó en la independencia de Estados Unidos en 1776 y más tarde de las colonias españolas en América del sur".
De lo que no cabe duda es que la Ilustración dejó una herencia perdurable en los siglos XIX y XX. Marcó un paso clave en el declinar de la Iglesia y en el crecimiento del secularismo actual. Sirvió como modelo para el liberalismo político y económico y para la reforma humanitaria a través del mundo occidental del siglo XIX. Fue el momento decisivo para la creencia en la posibilidad y la necesidad de progreso que pervivió, de una forma moderada, en el siglo XX.