En 1910, el porfiriato (la dictadura establecida por el general Porfirio Díaz en México, en 1876) había cumplido más de treinta años. Surgió entonces una figura fundamental para comprender los hechos posteriores: Francisco I. Madero. Antes de las elecciones presidenciales de 1910, este político tomó dos iniciativas importantes:
- Escribió La sucesión presidencial en 1910, libro publicado en 1908, en el que manifestaba que Díaz no debía seguir en el poder.
- Fundó, en 1909, el Partido Antirreeleccionista, por el que se presentaría candidato para evitar que Díaz fuera reelegido.
Tras aquellas elecciones, en las que fue reelegido Díaz, éste ordenó encarcelar a su rival. Pero Madero pudo escapar, y comenzó la sublevación con la que se inició la Revolución Mexicana. Lo primero que Madero y sus compañeros hicieron fue establecer un programa político: el Plan de San Luis (firmado en octubre de 1910, en San Luis Potosí). Madero encontró pronto el apoyo de otros revolucionarios, cuyos famosos nombres es posible que conozcas: Francisco (Pancho) Villa, Emiliano Zapata, Pascual Orozco, los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón...
En 1911, la insurrección triunfó, y Porfirio Díaz tuvo que renunciar al poder y huir del país.
LA PRESIDENCIA DE MADERO (1911-1913): Madero fue elegido presidente de la República en 1911. Hasta ese momento, los revolucionarios habían estado unidos porque tenían algo en común: su deseo de acabar con el régimen de Díaz. Pero, posteriormente, aparecieron diferencias entre ellos.
- Los seguidores de Madero querían establecer un régimen liberal que devolviera las libertades políticas a los mexicanos.
- Los revolucionarios más radicales, principalmente los campesinos, dirigidos por Zapata, pensaban que había que llevar a cabo una revolución social, realizando una profunda reforma agraria basada en el reparto de tierras entre los agricultores más pobres.
El presidente Madero intentó alcanzar un acuerdo con Zapata, pero no lo logró. Los zapatistas pretendían que la revolución beneficiase a todas las clases sociales, no solo a la burguesía. Por eso, en noviembre de 1911, Zapata y los suyos proclamaron el Plan de Ayala, que anunciaba la lucha contra el gobierno de Madero (por haber traicionado a los campesinos), nombraba jefe revolucionario a Pascual Orozco, y establecía como objetivo de la revolución el reparto de tierras.
No solo Zapata y los agraristas se rebelaron contra Madero. En la ciudad de México, tuvo lugar, entre los días 9 y 19 de febrero de 1913, la llamada Decena Trágica. El general Victoriano Huerta se rebeló contra Madero, y lo destituyó para proclamarse presidente. Días después, Madero y su vicepresidente, José María Pino, fueron asesinados.
LA REVOLUCIÓN CONSTITUCIONALISTA (1913-1914):
Tras estos hechos, comenzó la llamada revolución constitucionalista. En marzo de 1913, Venustiano Carranza proclamó el Plan de Guadalupe, que rechazaba la presidencia de Huerta y pretendía continuar la política de Madero. Carranza creó el llamado Ejército constitucionalista, al que se unieron Álvaro Obregón, en el estado de Sonora, Pancho Villa, en el norte, y Zapata, en el sur y el este del país. Las tropas constitucionalistas, formadas principalmente por campesinos y gente del pueblo, derrotaron al Ejército federal de Victoriano Huerta, el cual renunció en julio de 1914. Carranza se convirtió en presidente provisional.
LA PRESIDENCIA DE CARRANZA (1914-1920):
A finales de 1914, en la Convención de Aguascalientes, renacieron las diferencias entre los revolucionarios, que quedaron divididos en villistas, zapatistas y carrancistas (seguidores de Villa, Zapata y Carranza, respectivamente). Finalmente, en 1915, los carrancistas, que defendían los intereses de la burguesía y que estuvieron apoyados por Estados Unidos, se impusieron a Zapata y Villa, que se habían reconciliado.
Villa inició en el norte una guerra de guerrillas y cruzó la frontera con Estados Unidos. Los estadounidenses enviaron, en 1916, tropas para capturarlo, pero no lo consiguieron. Zapata realizó repartos de tierras en el sur, pero, finalmente, fue obligado a refugiarse en las montañas.
En 1917, Carranza consiguió que se aprobara una nueva Constitución. Quedaron así establecidas algunas de las reformas económicas y sociales defendidas por la revolución. Carranza seguiría siendo presidente del país hasta 1920.
Zapata mantuvo la rebelión en el sur hasta que fue asesinado, el 10 de abril de 1919. Villa fue perdonado en 1920, y pudo aprovechar un rancho que le otorgó el gobierno, hasta su muerte, en 1923.
Porfirio Díaz fue presidente de México durante más de tres décadas. Llamamos porfiriato tanto a su régimen (al sistema político que aplicó) como al periodo de la historia de México en que gobernó el país.
¿QUÉ FUE EL PORFIRIATO?
El porfiriato se prolongó desde 1876 hasta 1911. Durante esos treinta y cinco años, el general Porfirio Díaz ejerció una dictadura que se caracterizó por el crecimiento económico del país, a costa de las libertades de los mexicanos.
En 1876, Porfirio Díaz derrocó al presidente liberal Sebastián Lerdo de Tejada. En un primer momento, Díaz continuó las reformas iniciadas por los liberales veinte años atrás. Su principal preocupación era restaurar el orden y la paz en el interior del país. Para ello, estableció un sistema de gobierno que se apoyaba en la fuerza del Ejército. No obstante, durante su mandato estallaron numerosos conflictos.
Durante el porfiriato, apareció un grupo de intelectuales y estudiosos, los ‘científicos’, que pensaron que la dictadura porfirista podría ser útil para conseguir la modernización de México. Por eso, el porfiriato se caracterizó por una extraña mezcla de progresismo y conservadurismo.
Díaz fue reelegido presidente de la República en siete ocasiones. Sus principales aliados fueron la Iglesia y los grandes propietarios de la tierra (los terratenientes). Durante su dictadura, México logró un importante progreso económico, apoyado por el crecimiento de la población del país. Los latifundios (las grandes propiedades agrícolas de los terratenientes) también crecieron (a costa de las tierras de las comunidades indígenas, principalmente). La exportación de productos agrícolas se incrementó de forma espectacular. Así, México recibió importantes cantidades de dinero del extranjero, con las que el Estado financió su programa de desarrollo. En éste tuvieron mucha importancia la construcción de vías ferroviarias y la explotación de las minas de plata.
EL FINAL DEL PORFIRIATO
En los primeros años del siglo XX, el gobierno de Porfirio Díaz se fue debilitando. Los actos de represalia contra campesinos y trabajadores aumentaron. Nació el Partido Liberal Mexicano, fundado por los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, que publicó un manifiesto que se considera el punto de partida del levantamiento popular.
En 1908, Francisco I. Madero escribió un libro que sería decisivo: La sucesión presidencial en 1910. En sus páginas, Madero defendía la Constitución de 1857 y pedía que los mexicanos se organizaran para derrotar en las urnas a Díaz. Madero creó el Partido Antirreeleccionista, pero Díaz volvió a ganar las elecciones presidenciales utilizando el fraude.
El 20 de noviembre de 1910, como respuesta a la llamada de Madero, se iniciaba la Revolución Mexicana. En mayo de 1911, tras un breve enfrentamiento político y militar, Díaz renunció al poder. Meses después, Madero fue elegido presidente. El porfiriato había finalizado.
¿Quién FUE EMILIANO ZAPATA?
Emiliano Zapata fue uno de los principales protagonistas de la Revolución Mexicana. Muchos campesinos lo convirtieron en un héroe y en un mito. En 1909, encabezó un grupo que tomó unas tierras para repartirlas entre los agricultores que las cultivaban. Zapata ya pensaba entonces que “la tierra es de quien la trabaja”. Un año más tarde, se unió a los revolucionarios que dirigía Francisco I. Madero para poner fin al porfiriato (la dictadura ejercida por el presidente Porfirio Díaz). En 1911, Zapata se apartó de Madero, el cual había sido elegido presidente, y apoyó el Plan de Ayala. Este programa o manifiesto defendía la lucha contra el gobierno de Madero, y nombraba jefe de la revolución a Pascual Orozco. El Plan de Ayala consideraba que el objetivo principal de la Revolución Mexicana debía ser la reforma agraria: el reparto de tierras entre los campesinos más pobres. Por eso, su lema fue “tierra, justicia y libertad”
Después de la presidencia de Madero (1911-1913), vinieron la del dictador Victoriano Huerta (1913-1914) y la del constitucionalista Venustiano Carranza (1914-1920). Zapata, que continuó luchando contra los gobiernos con sus grupos guerrilleros, llegó a controlar una parte del sur de México. En 1913, Pascual Orozco fue considerado un traidor por los revolucionarios, y estos modificaron el Plan de Ayala para nombrar a Zapata jefe de la revolución. Al año siguiente, entró en la ciudad de México al frente del llamado Ejército Libertador del Sur. Con él iba otro revolucionario muy famoso: Francisco (o Pancho) Villa. Con una consigna tan sencilla como “tierra y libertad”, Zapata llegó a tener bajo su mando a casi 15.000 hombres.
El 10 de abril de 1919, Zapata fue asesinado en la Hacienda de San Juan Chinameca, situada en el municipio de Cuautla (Morelos). Había sido víctima de una emboscada autorizada por Carranza, organizada por el general Pablo González y llevada a cabo por el coronel Jesús Guajardo.