martes, 7 de febrero de 2012

¿Cómo era el mundo al comenzar el siglo XX?

En torno a 1900:
Europa manda en el mundo: a Europa le corresponde el 70% de la producción industrial del planeta. De una población mundial de unos 1600 millones, 400 eran europeos, a los que había que sumar los 500 del mundo imperial y colonial que estaban en su órbita. Londres, con 6,5 millones de habitantes, era la ciudad más populosa y rica del mundo, el mayor puerto, apareciendo casi como el centro de la civilización.

El paradigma político asociado al progreso era el parlamentarismo liberal, pero buena parte de Europa y del mundo estaba gobernada por monarquías o se trataba de imperios autocráticos (Rusia, China, el Imperio Otomano, Japón). El liberalismo estaba en su apogeo, pero la vida política distaba de ser democrática incluso en los países más avanzados (donde había restricciones a la participación y al poder popular y donde en mayor o menor medida, según el caso, las formas tradicionales del clientelismo político suplantaban la voluntad popular) y en el horizonte asoman nubarrones que ensombrecen la estabilidad y prosperidad asociada al paradigma del liberalismo clásico.

Las principales potencias económicas, que lo son por su poderío industrial, son Gran Bretaña y Alemania, a quienes está alcanzando Estados Unidos, a la cabeza de la Segunda Revolución Industrial.

A principios del siglo XX se presentaron diversas situaciones que desembocaron en la Primera Guerra Mundial. El imperialismo, el neocolonialismo y el nacionalismo, dominaron la vida de muchos países. Veamos.

EL IMPERIALISMO
El imperialismo fue el dominio ejercido por poten­cias europeas sobre diversos territorios o países ubicados en África y Asia. Esta dominación se prac­ticó por medios directos o indirectos. Es decir, que una potencia sometía por medios militares, políti­cos o económicos, territorios localizados en otros continentes.

Durante las primeras décadas del siglo XX, el domi­nio consistió en controlar territorios lejanos, con el propósito de que sirvieran como:
v  mercados para los productos salidos de sus indus­trias, y
v  enclaves militares para dominar y cuidar las colo­nias.

Por lo general, las potencias que ejercen el imperia­lismo lo defienden con la idea de que dominar paí­ses pobres es una forma de contribuir a que estos alcancen un desarrollo político, económico y cultu­ral similar al de la potencia dominadora, acción que se llama "civilizarlos". La práctica y defensa de este tipo de ideas se conoce como ideología imperialista.

Durante las primeras décadas del siglo XX, el imperialismo directo, de tipo militar y político, cedió paso al imperialismo económico. Es decir, que las potencias prefirieron que sus colonias fueran mercados para los productos de sus industrias, antes que enclaves militares y políticos. Esta situación se produjo porque en los territorios colonizados, poco a poco surgieron movimientos independentistas que acabaron con el dominio político y militar sobre sus territorios. Una vez conseguida la independencia de antiguas colonias, se desarrolló el neocolonialismo. Es decir, la influencia cultural, económica y lingüística de la potencia, sobre la sociedad y cultura de los habitantes del nuevo Estado independiente. El neocolonialismo es una forma de dominación ideológica y económica, que favorece la presencia de los valores del imperio.

El nacionalismo es un conjunto de ideas que busca mantener la unión de un grupo de personas alre­dedor de principios y símbolos comunes, como la defensa de una cultura, la exaltación de unos valo­res y la independencia política, económica y cul­tural. En la mayoría de ocasiones, no en todas, el nacionalismo está relacionado con la historia y con la demarcación de un territorio específico. De acuerdo con lo anterior, el nacionalismo es una doctrina o filosofía creada con el propósito de afir­mar la existencia y el mantenimiento de una comunidad humana en el tiempo y en el espacio.

Así, teniendo como soporte el nacionalismo, una nación es considerada una comunidad imaginada o como afirma un científico social: "el nacionalis­mo... inventa naciones donde no las hay".

Por tanto, una nación es una comunidad imagi­nada por tres motivos:
Se imagina tener un mayor sentido de comu­nión entre las personas que la conforman.
Se imagina como un lugar en el espacio geográ­fico, limitado por linderos finitos y elásticos, más allá de los cuales se encuentran otras naciones.
Se imagina como una comunidad basada en una relación con una historia común y unos símbolos compartidos.

EL ESCENARIO POLÍTICO DE LAS PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XX

LA SITUACIÓN DE ALEMANIA
Otto von Bismarck rigió los destinos de Alemania entre 1862 y 1890. Durante este período ayudó a pre­servar la paz en Europa, mediante una compleja red de alianzas entre los Estados y los imperios existen­tes. Dos años después de su coronación como empe­rador de Alemania en 1888, Guillermo II destituyó al canciller Bismarck y emprendió la Weltpolitik, o Política Imperial, con la cual buscaba la hegemonía alemana en el panorama mundial. Por tal razón, ter­minó con los acuerdos creados por Bismarck.

PANORAMA MUNDIAL
Algunas características del panorama mundial de finales del siglo XIX y comienzos del XX prepararon el ambiente para la Primera Guerra Mundial, algu­nos fueron:

    El uso de colonias en África, Asia y Latinoamé­rica como mercados para el comercio de produc­tos provenientes de Europa y Estados Unidos. Por ello, las potencias europeas competían por colo­nizar un mayor número de territorios.
    La aparición de nuevas potencias no europeas en el escenario mundial, como Estados Unidos y Japón.
    La apropiación de la tecnología de la Segunda Revolución industrial le permitió a Alemania com­petir en lo económico y militar con Inglaterra.
    El crecimiento del nacionalismo en varios países europeos, con el propósito de recuperar territo­rios perdidos en el pasado. Este fue el caso de la disputa entre franceses y alemanes por el control de las regiones de Alsacia y Lorena.


Para más información, ve al final de este blog a la HISTORIA CONTEMPORÁNEA....

lunes, 6 de febrero de 2012

LAS REVOLUCIONES
¿QUÉ SON?
¿POR QUÉ SE PRODUCEN?
¿CUÁLES SON SUS CONSECUENCIAS?
¿QUÉ IMPLICACIONES TIENEN PARA LA SOCIEDAD?

La revolución es un cambio o transformación radical respecto al pasado inmediato, que se puede producir simultáneamente en distintos ámbitos (social, económico, cultural, religioso, etc.). Los cambios revolucionarios tienen consecuencias trascendentales y suelen percibirse como súbitos y violentos, ya que se trata de una ruptura del orden establecido. Las revoluciones nacen como consecuencia de procesos históricos y de construcciones colectivas. Las hacen los hombres en colectivo cuando quien cambiar el orden establecido y luchan hasta conseguirlo.

Generalmente una revolución implica violencia, porque las personas que defienden el orden establecido se aferran al poder y lo defienden a ultranza, chocando entonces con los que quieren y luchan por el cambio. Una revolución implica entonces lucha, enfrentamiento, derramamiento de sangre, derrota y victoria, concluyendo en un cambio que necesariamente transforma la sociedad.

La ciencia de la historia establece tres grandes tipos de revoluciones: política, social y económica.

La revolución política es aquella donde se reemplaza al gobierno o incluso se modifica la totalidad del sistema político. Las relaciones sociales (como las de propiedad), en cambio, se mantienen inalterables. Un ejemplo de este tipo de revoluciones fueron las acontecidas en Europa en 1848, cuando se generalizó una ola de manifestaciones populares que se expandió con gran velocidad.

La revolución social, en cambio, es una transformación del conjunto de las relaciones e interacciones sociales cotidianas dentro de un espacio territorial liberado, ya sea una ciudad o un país. De esta forma, las revoluciones sociales sí alteran las relaciones de propiedad y trascienden la política, como la Revolución Francesa de 1789 y la Revolución Soviética de 1917.

Por último, la revolución económica es el cambio drástico de las condiciones de producción, distribución y consumo de los bienes y servicios. El término generalmente se aplica con los cambios tecnológicos, como lo acontecido con la llamada Revolución Industrial (donde comenzó una época diferente gracias al uso de nuevas técnicas, fuentes de energía, invención de maquinarias y nuevos medios de transporte, entre otras cuestiones).

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LA ORGANIZACION DEL TERRITORIO COLOMBIANO

Colombia es una república unitaria según la constitución nacional de 1991. Sin embargo posee una descentralización administrativa como parte de las políticas de desarrollo llevadas a cabo por el gobierno nacional, por medio de la cual gran parte de la administración del Estado se reparte entre las entidades administrativo-territoriales de menor nivel. Dichas entidades, de mayor a menor importancia, son los departamentos, municipios y territorios indígenas, que conforman así los diferentes niveles de organización territorial de la república.

Los Departamentos

Los departamentos son las unidades territoriales de primer nivel en Colombia. El país se divide administrativa y políticamente en 32 departamentos, los cuales son gobernados desde sus respectivas ciudades capitales. Los departamentos forman regiones geográficas, culturales y económicas. De acuerdo con el Artículo 298 de la Constitución Política de Colombia de 1991, es una entidad territorial que goza de autonomía para la administración de los asuntos seccionales y la planificación y promoción del desarrollo económico y social dentro de su territorio en los términos establecidos por la Constitución y las leyes.

Las Provincias

Provincia es el nombre genérico aplicado a algunas subdivisiones interinas de los departamentos (más de carácter histórico que jurídico) conformadas por agrupaciones municipales, y que reciben las denominaciones de provincias, distritos, regiones y subregiones, dependiendo de la entidad a la cual pertenecen. La mayoría de los departamentos colombianos presentan éste tipo de organización territorial.

Los Municipios

Los municipios corresponden al segundo nivel de división administrativa en Colombia, que mediante agrupación conforman los departamentos. Colombia posee 1.123 municipios registrados ante el DANE, que de acuerdo con el Artículo 311 de la Constitución Política de Colombia de 1991 y la Ley 136 de Junio 2 de 1994, es la entidad territorial fundamental de la división político-administrativa del Estado, con autonomía política, fiscal y administrativa dentro de los límites que le señalen la Constitución y las leyes de la República.

Los Distritos

Los distritos son entidades territoriales que tienen una o varias características que las destaca o diferencia de entre los municipios circundantes, como puede ser su importancia política, comercial, histórica, turística, cultural, industrial, ambiental, portuaria o fronteriza. De entre los 5 distritos existentes en Colombia, tan solo el Distrito Capital de Bogotá tiene el mismo nivel y categoría que un departamento.

Corregimientos departamentales

En algunos departamentos existe la figura de los corregimientos departamentales. Estos corresponden a un poblado y sus alrededores, los cuales no alcanzan la categoría de municipio. Los corregimientos departamentales se distinguen de los corregimientos corrientes en que no son jurisdicción de ningún municipio. Pueden ser elevados a municipios por las Asambleas Departamentales con el correspondiente visto bueno del Presidente de la República. Actualmente existen 20 corregimientos departamentales en todo el país.

Áreas metropolitanas

Un área metropolitana es, de acuerdo a la Ley 128 de 1994, una entidad administrativa, formada por un conjunto de dos o más municipios integrados alrededor de un municipio que sirve de núcleo o metrópoli, vinculados entre sí por estrechas relaciones de orden físico, económico y social, que para la programación y coordinación de su desarrollo y para la racional prestación de sus servicios públicos requiere una administración coordinada. En Colombia han sido configuradas y/o reconocidas unas 10 áreas metropolitanas.

Territorios indígenas

Los territorios indígenas son el tercer nivel de división administrativa en Colombia. Son áreas de régimen especial creados de común acuerdo entre el gobierno y las comunidades indígenas. En casos donde los territorios indígenas abarcan más de un departamento o municipio, los gobiernos locales administran de forma conjunta con los concejos indígenas dichos territorios, tal como está establecido en los artículos 329 y 330 de la Constitución de Colombia. Igualmente los territorios indígenas pueden llegar a tener carácter de entidad territorial cuando cumplen los requisitos de la ley.

Áreas urbanas y rurales

El núcleo fundamental de la administración colombiana es el municipio. Todos los municipios se dividen en dos zonas, de acuerdo a su aglomeración poblacional: la urbana y la rural, que origina a su vez diferentes tipos de subdivisiones municipales.

Las áreas urbanas

El área urbana de un municipio colombiano corresponde al conjunto de edificaciones y estructuras contiguas agrupadas en manzanas, las cuales están delimitadas por calles, carreras o avenidas. Dichas áreas cuentan por lo general con una dotación de servicios esenciales tales como acueducto, alcantarillado, energía eléctrica, hospitales y colegios, entre otros. En esta categoría están incluidas las ciudades capitales y las cabeceras municipales restantes.

Las comunas y los barrios

Con el nombre de comunas se denomina a una unidad administrativa de una ciudad media o principal del país que agrupa sectores o barrios determinados. La mayoría de las ciudades capitales de departamentos están divididas en comunas. Dichas comunas son creadas por los concejos municipales de cada ciudad, por los concejos distritales o los concejos metropolitanos de acuerdo a las propias necesidades de la población y el territorio que habitan. La creación de comunas tiene como fin la administración de los servicios que se brindan a una población urbana determinada.

Un barrio corresponde generalmente a una agrupación de viviendas delimitada por sus condiciones físicas, económicas o sociales. Es el nivel más básico de división urbana en Colombia.

Área rural

El área rural de un municipio se caracteriza por la disposición dispersa de viviendas y explotaciones agropecuarias existentes en ella. No cuenta con un trazado o nomenclatura de calles, carreteras, avenidas, y demás. Tampoco dispone, por lo general, de servicios públicos y otro tipo de facilidades propias de las áreas urbanas.

Corregimientos y veredas

En Colombia los corregimientos son poblaciones que no alcanzan el carácter de municipio, siendo su jurisdicción territorial supedita a un municipio o, en el caso de los corregimientos departamentales, a un departamento. El nombre de vereda le corresponde a la división territorial de cada corregimiento.

División política de Colombia

División política de Colombia

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LAS PALABRAS YA NO SIGNIFICAN LO QUE SON

Eduardo Galeano. "Bocas del Tiempo"


Según el diccionario de nuestro tiempo, las buenas acciones ya no son los nobles gestos del corazón, sino las acciones que cotizan bien en la bolsa, y la bolsa es el escenario donde ocurren las crisis de valores.El mercado ya no es el entrañable lugar donde uno compra fruta y verduras en el barrio.Ahora se llama Mercado a un terrible señor sin rostro, que dice ser eterno y nos vigila y nos castiga.Sus intérpretes anuncia: El Mercado está nervioso, y advieten: No hay que irritar al Mercado.Comunidad Internacional es el nombre de los grandes banqueros y de los jefes guerreros.Sus planes de ayuda venden salvavidas de plomo a los países que ellos ahogan y sus misiones de paz pacifican a los muertos.

En los Estados Unidos, el Ministerio de Ataques se llama Secretaría de Defensa, y se llaman bombardeos humanitarios sus diluvios de misiles contra el mundo.
En una pared, escrito por alguien, escrito por todos, leo: "A mí me duele la voz".

ALGUNAS CIFRAS DE LA CARTAGENA DEL SIGLO XVIII

Una crónica realizada en Cartagena en 1735 por Juan y Ulloa cuenta que todas las mujeres cartageneras fumaban tabaco, y que toda la población cartagenera estaba compuesta por negros y mulatos que se dedicaban a los oficios de mecánicos, lo que conocemos hoy en día como artesanos. Estos oficios los realizaban los negros y mulatos libres.

En Cartagena, a diferencia de todo el Caribe, en el siglo XVII, la gran mayoría de negros y mulatos (el 70%) eran libres.

En esa época, Cartagena era solamente lo que es el centro amurallado hoy día, compuesto por cuatro barrios que eran:

ö El barrio Santo Toribio (San Diego hoy en día)

ö San Sebastián

ö Las Mercedes

ö Santa Catalina

ö Y había un arrabal, una zona marginal, en la que la mayoría de la gente era pobre, pero libre a diferencia de lo que se cree, era el arrabal de Getsemaní, en donde casi todos, según cuenta el censo realizado en Cartagena entre 1778 y 1780, eran artesanos.

Getsemaní no fue barrio de esclavos, sino de muchos artesanos y tenderos que también eran considerados artesanos.

En 1780, cuenta el censo citado, había unos 1600 esclavos en toda Cartagena, de un total de aproximadamente 15.000 habitantes que tenía la ciudad.

En el siglo XIX a Cartagena, contrario a lo que pasaba en el Caribe, ya no hubo más entrada de esclavos, y un total de 17 lenguas diferentes se hablaba en Cartagena en el siglo XVII.